Diego Sale a Cenar

Trato de explicar por qué algunos nosotros recorremos las calles de Buenos Aires solitos . Buscamos el amor o una cita, un amor para toda la vida aunque dure solo un día.

Me Visitaron

martes, 13 de diciembre de 2011

2012, es el final (espero)

"...el fin del mundo no es nada si se lo compara al fin de una relación..."



Se cierre un año más. Es claro que al final de año uno hace balances, en cualquier sentido, laboral, académico y, claro, afectivo. Es bien sabido que en el 2012 se termina el mundo, y todos alrededor están buscando hacer todo lo que no hicieron hasta hora y tratan de llevarlo todo a cabo antes del fin de este planeta. Lo curioso es que todo se resume una sola cosa, todo es igual a algo. Las personas quieren ser felices. Buscan alcanzar ese estado que ni el fanatismo religioso o el calendario maya pueden acallar . El amor. A esta altura mis amigos están planeando el cena de despedida del año, y llega la hora de pasar revista. Hubo de todo. Están los que dudaron y dudaron, los que caminaron con cautela por no estar seguros de ser correspondidos, y yo aprendí de ellos. Aprendí que por ir con cautela no evitas salir lastimado, pero por lo menos te ahorras algo del ridículo, de mas esta decir que si sospechas que alguien no te corresponde en sentimientos, lo mas probable es que no te corresponda. Lo que parece, la mayoría indefectible de veces, es lo que aparece.
Otros dejaron todo lo conocido y se lanzaron a recorrer el camino de la pasión, de lo nuevo, lo desesperado, lo sexual, y decidieron empezar de nuevo, desde cero. Aprendí de ellos que cuando dejas algo para empezar una historia completamente nueva, lo mas probable es que te quedes solo, sin la persona que lastimaste y abandonaste ( en ese orden o a la inversa) y sin lo nuevo, que además de nuevo, termina siendo inesperado, impredecible, y en ultima instancia, solo algo pasajero, algo que al terminar te deja pensando si valió la pena arriesgar (y perder) lo que ya teníamos por un respiro de aire fresco (por decirlo de alguna manera).
Están los que apostaron a lo seguro, los que vieron que lo mas conveniente estaba en otro sitio, y se aseguraron de tener listo el terreno antes de mudarse. Aprendí de ellos que es mejor estar completamente seguro de lo que uno quiere, pero sobre todo, estar seguro de lo que uno no quiere. El amor que sienten por uno es un bien extraordinario, pero no es motivo suficiente para quedarse al lado de alguien .
Hubo otros que perdieron lo que hace poco tiempo habían conseguido, y de ellos aprendí que no se puede sacrificar lo que es parte de uno para conformar a alguien que tiene problemas en incorporarnos a su vida. Aprendí que los amigos siempre estamos para algo, aunque sea para ser un motivo mas para no tener que elegir entre tus amigos y la pareja que te toca en (momentánea) suerte.
Vi a algunos de mis amigos enamorarse, y alienarse, abandonar lo que pretendían ser para ser algo que nadie les pidió que fueran. Aprendí de ellos que a los amigos hay que quererlos y esperarlos mientras están de novios con algún imbécil y también que hay que poner la mejor cara que uno tiene para que nuestro amigo nunca se de cuenta que esta perdiendo el tiempo con un imbécil, y a veces no queda mas remedio que simplemente decírselo, hay que aceptar, también, que nos toca muchas veces ser amigos del imbécil y no podemos entender como el novio no se da cuenta.
También estuvo ese amigo que pensó que esta vez la vida le sonreía, ese amigo que creyó que hacer planes alcanzaba. Ese pobre tipo, que es nuestro amigo, que pensó que con solo desearlo la cosas que habían sido ya no serian, el iluso que pensó que arrojando monedas al aljibe los deseos mas simples, y los complejos también, se iban a volver realidad. De él aprendí que no siempre el amor alcanza, que por mas atento que estés nunca podes adivinar lo que siente el otro, que lo que se nos dice no es verdad siempre, que confiar es salir lastimado, que no confiar es lastimar al ser querido.
El fin del mundo para mi es el fin de los sueños mas grandes que alguien pueda tener. Es el final de las aspiraciones, verse solo en una vía desierta, pensar en la nada, pensar en que es mejor no pensar. Empezar de nuevo (otra vez ) en el año nuevo ya no es ninguna opción esperanzadora, es más bien, haber pasado otro año sin tener esa sensación de estar seguro de alguien. Aprendí que el mundo es injusto, y que la vida es dura, que el fin del mundo no es nada si se lo compara al fin de una relación , que es mejor pensar que el mundo se acaba en poco tiempo que pensar en los finales mas pequeños pero perdurables. Los finales de nuestras relaciones van a perdurar hasta el fin del mundo, solo queda esperar al 2012.

sábado, 3 de diciembre de 2011

La historia de un amigo...

"Este amigo en particular, que no era ningún tonto, pero era un infeliz, tenia muchas anécdotas que contar, muchas historias para recordar y una tragedia que lo hacia llorar, más o menos todos los días, mas o menos a la misma hora..."






Vos y yo tuvimos una pequeña historia, y charlamos de algunas cosas que todavía recuerdo. Si pudiera cambiar algo del pasado, no lo haría, porque un hombre debe tener en su vida un gran amor y un corazón roto, cuando ambas cosas confluyen, mejor dicho se originan, en una sola persona puede ser una tragedia. Pero son esas historias las que recordamos, después de todo, “Lo que el viento dejo intacto” no es el nombre de ningún clásico del cine. El viento se lleva cosas pero, dicen, los sentimientos quedan, se transforman, pero están.
Una vez un amigo me conto que no podía escribir historias felices, o tan siquiera alegres, y reflexionaba sobre cual seria el destino de sus historias si estas fueran cuentos de hadas. Historias donde un chico conoce a una chica y, sin importar las peripecias, el final, presentido desde la primera línea escrita, es indefectiblemente feliz porque dos terminan juntos y, según la definición universal de felicidad, dos es el número indicado.

Este amigo en particular, que no era ningún tonto, pero era un infeliz, tenia muchas anécdotas que contar, muchas historias para recordar y una tragedia que lo hacia llorar, más o menos todos los días, mas o menos a la misma hora. Lo que escribía estaba atravesado por esa tragedia, una tragedia que bañaba todo de melancolía, una tragedia que, escrita, era imborrable para el que la leyera, como imborrable es la cicatriz de un pecho después de una operación a corazón abierto, probablemente uno se salve, pero la cicatriz va a estar ahí, todos los días cuando nos miramos al espejo.

Los amigos y vecinos de este escritor de tragedias le aconsejaban a diario que olvidara del pasado y, de a poco, dejo de escribir. Mientras el contaba que se olvidaba del pasado, yo me preguntaba si el pasado se había olvidado de él.
En verdad, este amigo mío que solía escribir, y que ya no escribe, me hizo pensar que desde que soy feliz no me acuerdo de mis tragedias, que mis tragedias se olvidan y no me visitan a menudo, pero lo que se vivió, lo que estuvo, en algún lado está, será el inconsciente, pero para mi es alma, que es donde esas cosas siempre, están no tan ocultas, no lejos de nuestro alcance, esto me hace pensar que el olvido propiamente dicho es apenas otra de esas cosas un poco reales un poco abstractas, algo deseable, a veces inalcanzable. El olvido, como la felicidad, es difícil de comprender. Da miedo, espanta. Es difícil de creer…nos preguntamos donde esta la trampa, de que manera nos va a decepcionar. Y la larga decepcionamos, renunciamos antes de la batalla final, preferimos retirarnos a tiempo de que la cosa sea grave, ( ya no se de que estoy hablando, cuando deje de hablar del olvido y empecé a hablar de la felicidad ? Del amor?)
A la larga la gente prefiere retirarse, ser el que decepciona y no el decepcionado. Ser feliz es una trampa y es difícil escaparse. Las personas son así.

lunes, 8 de agosto de 2011

En el Ojo Ajeno.


"...Seguramente vos te encontraste en más de una oportunidad con alguien adorable (el primer día) pero que, luego, resulto ser un psicótico (también el primer día)"



La vida te da esas raras oportunidades de hacer las cosas bien, y como simple mortal elegís no hacerlas. Pareciera que, a veces, las personas eligen el camino más fácil, sin embargo, no me canso de ver personas que están de rodillas y con una mano en el pecho, como tratando de alcanzar el corazón a través de las capas de piel, grasa y musculo, para sacarlo como cuando duele una muela (debería haber un corazón del juicio que extirpar a cierta edad), esas personas, en esas condiciones, saben lo que tienen que hacer, generalmente está al alcance de sus manos hacerlo, pero no lo hacen. Se quedan en un lugar, vaya uno a saber por qué. Les pregunto. Las respuestas son de lo más variadas. En algunas oportunidades la persona con la que estas no es la clase de persona que elegirías ( suena raro si lo escuchas, como a mí me sonó raro cuando lo escuche, pero no me sonó raro cuando yo mismo lo hice a su tiempo), a veces la persona que amas te aclara que no quiere ningún compromiso y eso a vos te parece aceptable(la sinceridad está sobrevaluada a mi entender), a veces si amas a alguien lo único que te genera es dependencia, inseguridad, paranoia y locura en general, sin embargo te quedas a su lado, lo llevas de la mano y no tenés reparos en propagar la noticia de que finalmente “estas con alguien”. Lo querés. No es lo que hubieras querido pero lo querés.

La felicidad no está hecha para todos es bien sabido, algunas personas simplemente no sos felices (nunca). Algunos otros están dispuestos a sacrificar mucho para ganar poco, para ganar algo alguna vez (yo les aconsejaría que vayan al bingo). Es importante en esta vida ganar, ser feliz o poder decir “soy feliz”, sacrificarse para ser feliz es uno de esos mandatos que existe, sacrificarse, poner el interés del otro por sobre el interés propio (sin duda la definición más largamente difundida que existe sobre el amor). Y me pregunto si alguna vez estas dispuesto a que alguien se sacrifique por vos, cada vez que alguien me dijo “te quiero más que a mi vida” supe que era momento de alejarme ¿Por qué con vos sería diferente?, por qué esperas entonces que si vos te sacrificas por el amor de alguien, automáticamente esa persona tiene que valorar tu sacrificio y amarte en consecuencia? Por qué algún ser medianamente normal o un gay daría todo sin esperar una debida retribución? Para mí, si no estás seguro de cuál es la actitud que tenés que tomar con respecto al amor es porque en realidad no sabes qué actitud tomar con respecto a la persona que tenés en frente en ese momento (lo que quiero decir es que sabes que decisión tomar: deberías alejarte). Las personas se encuentran muchas veces ante la posibilidad de elegir. Y tenemos la suerte de poder hacerlo. Quien no se siente afortunado cuando llega el momento de decidir si quedarte solo o estar con un persona que te va romper las pelotas, en el mejor de los casos, o el corazón (casi siempre). Seguramente vos te encontraste en más de una oportunidad con alguien adorable (el primer día) pero que, luego, resulto ser un psicótico (también el primer día). Ser cauteloso con los sentimientos de uno podría ser el consejo que viene al caso, pero sabemos que nadie escucha cuando le recomendás alejarse de otro. El resultado siempre sale a la vista, la verdad avanza y te aplasta, pero parece ser irremediable, te aferras a lo que hay, haces lo que sea necesario, te sacrificas por alguien, le pedís compresión a todo el mundo (debería ser una señal de alerta que tengas que dar explicaciones de por qué estas con alguien, deberías ser una señal que ante la frase “lo quiero” tengas que anteponer “pero”).

Si después de la primera noche te regaló un osito con un corazón y un chocolate, creo que no necesitas esperar hasta tenerlo sollozando en tus brazos pidiendo que no lo dejes , mejor alejate. No es bueno estar con alguien más codependiente que uno mismo.

martes, 26 de julio de 2011

Lo anterior al siguiente paso

"... Una y otra vez querés irte pero te quedas, lo que significa, indefectiblemente que no te querés ir. Tenés miedo de pedirle que te olvide y que él lo haga. Te preguntas que los mantiene unidos,¿sos solo vos? Son tus ganas. "



Es una de esas reglas naturales. Unas de esas cosas que siempre pasan porque tienen que pasar. Te preguntas por qué justo ahora. Es una verdad absoluta. Cuando necesitas enfocarte en algo, digamos como yo en este momento necesito pasar los parciales, es en este momento, es cuando tienen que pasar las cosas, cuando los comentarios más despreocupados y casuales, si son de la persona (no) indicada pueden ser letales. Ese nudo en la garganta. Ese dolor que sube desde panza por el pecho y va por el cuello hasta la nuca y sale por los ojos, como salen las lagrimas cuando las contuviste con esfuerzo, cuando pensás que no vas a poder llegar a tu casa, cuando ya en el ascensor tenés los ojos húmedos, sale por los ojos como salen las lagrimas cuando cerras la puerta y ya no podes hacer un paso más y lloras sentadito en el piso, con las llaves en la mano y usando la puerta de respaldo. Una sola palabra te hace volver a un lugar del que nunca te fuiste en realidad.
Después de pensar (varias veces) que todo iba finalmente bien, te encontrás con los mismos sentimientos que estabas tratando de enterrar hace muchos años. A decir verdad, no pensabas que habías vencido tu adicción completamente, pero decidiste que estabas cansado de la rehabilitación, desintoxicarse no alcanza para estar curado. Para curarse, hay que querer curarse y hay que llorar mucho más todavía.
De que te disfrazas cuando no hay nada que los separe y aun así no están juntos ( de mejor amigo!)

Una y otra vez querés irte pero te quedas, lo que significa, indefectiblemente que no te querés ir. Tenés miedo de pedirle que te olvide y que él lo haga. Te preguntas que los mantiene unidos,¿sos solo vos? Son tus ganas.
Lo ves, y esos abrazos fraternales son lo único que te hace sonreir. Querés que la realidad sea como vos soñás, pero esa no la podes recrear, así que inventas otra realidad, esa donde están siempre juntos, como amigos, como dos personas con cosas en común y espiritu de aventura, dos en busca de algo por separado que no saben aun que es (vos sabes que lo querés, él sabe que no te quiere, pero los dos están juntos, solos, juntos). La realidad (real )sin embargo no es la que vos soñás, ni la que inventas, la única realidad es la verdad, vos lo querés, el no quiere estar solo. Son amigos, no sabes cuándo paso, pero ahora son amigos. Y asi están bien las cosas.
La gente sigue diciendo que tenés todo para ser feliz, quisieras tener algo para hacer feliz, te preguntas si la vida es injusta, como yo me lo pregunto, y pensás que el frio polar es una buena excusa para dar cuando tus amigos y vecinos llaman y te invitan a salir de noche o durante el día. Prometes que es la última vez, como yo prometo ponerme a estudiar. Algunas personas están en tu vida solo para recordarte que en algunas cosas nunca podes ganar. Algunas derrotas son más amargas que otras, alguna batallas son sangrientas y perdés un brazo o una pierna o morís con honor, algunas batallas, las peores, se libran en silencio, con miradas y si perdés, perdés la vida, pero seguís en este mundo y es la peor de las derrotas ver que perdés y que sin embargo nadie gana, perdés en vano. Nadie reclama el estandarte que defendías, simplemente queda tirado en el piso, como están las hojas del otoño cuando no hay viento.

lunes, 21 de marzo de 2011

Saber Nadar

"Me voy a arrepentir, ya me lo advirtieron. Siempre cierro los ojos cuando beso. Pero los abrí esta vez para ver si era terrible la verdad. Sí, lo era..."






Qué problema que tengo para completar los pensamientos. No quiero llegar a ninguna conclusión. Las cosas son bastante simples y complicadas a la vez. Vamos por partes. Simples porque sabemos dónde van a parar siempre las historias de amor, a la mierda. Complicadas porque a pesar de conocer el resultado (la mierda), algo nos impulsa a cometer estupideces. Este año tengo planes, metas que quiero alcanzar, lugares que quiero visitar y lugares comunes en los que no quiero caer más. Era una noche de carnaval y hacía calor, y a riesgo de que esto suene a una canción inmunda, diría que la noche era especial justamente porque era carnaval y hacía mucho calor. Nunca pensé en encontrármelo porque tenía otro objetivo, que es inconfesable, para esa noche. Hay personas que me lastiman (de alguna manera retorcida este hecho me parece bueno) con cada palabra que dicen y existe alguien que me puede borrar del planeta con una palabra si me la dice al oído. Y eso era todo, había dejado de lado lo inmanejable para quedarme con…nada. El sentimiento escondido estaba más alejado que nunca y solo pensaba en divertirme y escupir para arriba muchas veces con total impunidad. Y si esto fuera una vida normal diría que todo transcurrió entre cerveza barata, música tan aburrida para mí como es la música que no habla de muerte, dolor y perdida y que volví a casa antes de que saliera el sol para evitar la claridad que tiene (que da) la mañana. Pero no paso eso. Claro que no paso. El estaba parado ahí, tantas veces lo había visto. Tantos habían hablado de él y ahora estaba ahí. Siempre me negué a ser uno más, aunque cabe decir que muy pocas veces escape al destino de los ignotos, pero no importó, él estaba ahí, al alcance de mi mano, cerca como para tirarle un vaso y acertarle en la cabeza, quizás hubiera sido mejor hacer eso. Palabras que volaron por el aire, y no significaban nada, testigos sudorosos que miraban de cerca. Más sudor. Un beso que no voy a olvidar. Y otro más y luego uno más. Y la despedida. Instinto animal reprimido. Nada había pasado, era bastante irreal todo. Era carnaval y también como en el Sueño de los Héroes tratar de repetir esa noche me va reclamar lo poco de sentimiento que me queda y reservo para atravesar mi vejes.

Me voy a arrepentir, ya me lo advirtieron. Siempre cierro los ojos cuando beso. Pero los abrí esta vez para ver si era terrible la verdad. Sí, lo era. La vida es así de simple y complicada. Los sueños están siempre. Ganar una vez, para variar, sería divertido, eso dicen. Nunca, nunca estuve tan seguro de fracasar, nunca estuve tan seguro de nada en realidad. No hay manera, ni plan que valga. Es jugar este juego. No hay nada, ninguna señal, solo lo que se muy adentro mío, que largamente ha sido probado insuficiente. Quisiera escribir tantas cosas pero no sé de dónde vienen estas palabras, mejor guardarlas para cuando sean útiles o tengan significado para alguien. Muchas veces postergue muchas cosas, deje de lado mil veces miles de obligaciones, me reusé a ser un adulto y pensaba que había un significado, una intención, no era un irresponsable sin causa, creía, creí, hace mucho tiempo que el amor iba a salvar el día. Cuando llegué a colmar todas mis expectativas, volví a perder, pensé que era la última vez. Decidí estar solo y crecer. Dejar las ideas locas del amor y los hombres. Y ahora es todo nuevo, quiero cumplir con lo que prometí, quiero, y lo necesito bastante desesperadamente. Pero un beso cambia las cosas como la luna cambia la marea de noche, cuando todos duermen y nadie le presta atención, solo unos pocos, los que como yo viven en la costa y conocen el agua y no saben nadar, los que podemos ahogarnos con facilidad. Sigo solo y tengo ganas de organizar. Tengo ganas de cumplir con ese precepto moderno, estar bien solo. Y todo lo de más? Tu cara, tu cuerpo, ese único beso. Todavia no esta nada dicho, es que no hay nada que decir, existe un beso, existió una noche de carnaval, la risa que me causa y las ganas que me dan de tocarlo. Es una promesa infundada. Es una locura. Es nada. Pero… también es algo.

lunes, 7 de marzo de 2011

Soñar es para los tontos

" Vos me querías, estoy seguro, pero querías más cosas, querías ver lugares nuevos y conocer personas. Decías que las cosas iban a cambiar, siempre nos esperaba algo mejor decías, para mi estar con vos era la única tranquilidad y lo que ocupaba mis días y todas mis conversaciones..."




Todos los amigos y vecinos tienen la cara desdibujada hoy . Dormí poco pero soñé con vos. Soñe con tu cuerpo y la forma que teníamos de estar desnudos. Las conversaciones sobre la nada. Solía pensar que eras simple, a veces lo pienso aun hoy, solo a veces porque hace mucho tiempo ya me di cuenta que en realidad la simpleza y la ignorancia no son lo mismo, no son lo mismo. Vos corrías rápido y yo miraba mucha televisión. Estaba con mi vista clavaba en el monitor hasta que te vi pasar, eléctrico, obsesionado con tu cuerpo y tu apariencia, tan pequeño en lo físico y sin embargo capaz de llamar tanto la atención. Yo era más simple entonces, porque como cualquiera que te veía pasar por la calle yo también quede cautivado, como pelotudo, con la boca abierta y mi ojo izquierdo medio cerrado, como incrédulo. Al principio no me hablabas nada pero lo poco que me decías me causaba gracia aunque fingía irritación. De a poco fuimos compartiendo más cosas, vos pensabas que te aprovechabas de mí pero me gustaba dejarte ganar. Me gustaban los mates y la hora del almuerzo. Esa mezcla de euforia y nostalgia cuando hablabas de tu papa, era anécdotas inventadas, se notaba, y era conmovedor. Los proyectos que tenias las novias, tantos problemas con esas chicas que me parecían muy patéticas y casi ciegas porque no se daban cuenta el por qué verdadero de tu distracción, luego las comprendí mejor, más tarde. Quería protegerte un poco de todo eso que te angustiaba tanto. Vos buscabas aprobación y yo para aprobar a las personas soy especialmente benévolo. Cuando ya éramos amigos, vos me dabas masajes en los hombros mientras me contabas lo que habías hecho el sábado en el boliche, disfrutaba mucho esos momentos, tus manos en mis hombros y mi cuello, y a veces la espalda también. Vos decías que todo iba a cambiar, que las cosas solo podían mejorar. Estábamos los dos solos, juntos solos. Lo que no sabias de vos, que yo sabía de sobra de ambos, te estaba alejando de todo, y no parecía justo. Veía como te cambiaba la cara cuando llegaba tu mejor amigo yo desaparecía de la escena, quería causar ese efecto en vos, me hubiera gustado, pero nunca lo conseguiría. Un amigo me dice a menudo que no se puede cambiar a la gente, lo cual es una especie de consejo que mucha gente te puede dar en cualquier ámbito, desde un empleado a un novio, no se puede cambiar a la gente, lo particular de lo que decía mi amigo era que él me aconsejaba, no intentarlo. Lo peor que podes hacer, decía, es pretender que alguien que te da algo, te de todo. Lo que me costó tiempo entender, y deduje no sin mucho pesar y esfuerzo, es que las personas dan lo que quieren dar y en todo caso lo que pueden, pero no es culpa de ellos, si no propia, querer mas, querer todo de alguien que no lo ofrece espontáneamente.

Una noche de mucho frio llegaste a tocar el timbre y no tenias a donde ir y te ofrecí mi casa y te quedaste un tiempo, unos días, que se convirtieron en años, el amor es intermitente algunas veces. Nadie se enteraba de nuestros días mirando la nada por la ventana, los domingos eran especiales. Quería que vivieras conmigo, yo si ofrecía todo lo que tenia, y vos no lo querías todo, era demasiado y a vos no te hacía falta. Vos me querías, estoy seguro, pero querías más cosas, querías ver lugares nuevos y conocer personas. Decías que las cosas iban a cambiar, siempre nos esperaba algo mejor decías, para mi estar con vos era la única tranquilidad y lo que ocupaba mis días y todas mis conversaciones.


Los domingos ibas a jugar a la pelota y muchas veces te fui a ver jugar pero como no era el único que iba a verte opte por esperar a que vuelvas, cansado y con ganas de que hiciera masajes que siempre terminaban igual. Habíamos prosperado bastante y ya no había más psicóticas llamando a cada rato por teléfono, yo había dejado todo lo que me distraía para dedicarme a pensar en vos. Reconozco que si no venias a dormir a mí me costaba conciliar el sueño y a menudo lloraba. Te hiciste más grande y yo mas inmaduro. No querías que te vayas pero te fuiste. Ahora estabas en condiciones de estar solo y tenías más personas que te ayudaban. Veía las cosas cambiar a mí alrededor pero yo seguía igual. Vos me dijiste que no me querías lastimar que me querías mucho que disfrutabas estar conmigo…pero.
Tan joven como eras querías llegar pronto a tener tu vida definida, yo puse en espera el resto del mundo solo para mirarte y ver cómo te alejabas para buscar el destino: Un familia, hijos, un hogar que tus viejos (no) te dieron. Y la coherencia que me faltaba ahí estaba, en mi cara, y clavada en mí pecho. El sexo fue muy malo ese día, y me volviste a decir que no querías lastimarme, que me querías de verdad, pero no era suficiente querer, había otros objetivos que te planteabas y que querías conseguir.

Seguí pensando mucho en vos. Seguí esperándote. Busque hombres parecidos a vos, pero no había ninguno. Lloraba y no salía más que para trabajar, no estudiaba, ni cumplía con ninguno de mis compromisos sociales, llevaba tu foto en mi billetera y si alguien me preguntaba decía que estábamos muy bien juntos.
Pasaron los años y no nos vimos mas, salvo cuando alguna tragedia acaecida a alguna persona en común nos reunía en el mismo lugar, pero nunca estábamos solos. Con el tiempo deje de llorar. Me reconforta pensar que, después de todo, era verdad, que lo querías para tu vida era mujer e hijos y lo conseguiste, Me pregunto si sos feliz, pero lo que uno espera de la vida y lo que lucha por conseguir no siempre dan como resultado la felicidad. Quizás si te hubieras quedado conmigo no seriamos felices. A veces creo que nunca en la vida uno sabe qué camino tomar, y por más que pensemos y pensemos, lo que elegimos no necesariamente va a conducirnos a la paz del corazón acompañado. No es el amor la respuesta a nada, solo miles y miles de preguntas que nos ponen inquietos. Sigo buscando y a lo mejor es la hora de ponerme algunos objetivos más terrenales. Siempre creí que el amor de mi vida, entre otras cosas, iba a ser un amor correspondido. A esta altura lo dudo un poco, tal vez fuiste vos, en la sencillez del sexo a diario, en la expectativa constante, en el dolor de no poder tocarte, en las caricias que al principio prometieron lo que luego cumplimos por tanto tiempo. La inocencia, la inmadurez. Sueño con vos y me doy cuenta que hay cosas que no se olvidan mas, y está bien que así sea. El amor de mi vida, quiero decir el que experimente a lo largo de mi vida, siempre fue intenso, muchas veces breve. Pienso que los sueños están hechos de eso, por tal motivo son tan reales, por eso me parece que te toco de verdad y que escucho tu risa de nuevo y no me despierto triste sino con una sonrisa.

lunes, 7 de febrero de 2011

Acordate de mi!

"...no quiero sumar ningún recuerdo a los que ya tengo y todavía no ordene en alguna de las categorías que existen cuando uno clasifica su vida. Ahora está todo junto, todo a la vez, todo mezclado. Necesito un poco de orden..."






Borr mensajes viejos de mi teléfono celular, para no leer como, en otros tiempos, había constantes buenos deseos para mi, para no ver que hubo una vez en que alguien me deseaba buenas noches y buenos días, alguien que era lo último en lo que pensaba al ir a dormir y lo primero que necesitaba a la mañana, incluso en la madrugada, si a caso me despertaba para ir al baño, pensaba que era la mañana y miraba mi celular para ver si ya alguien, ese alguien, se había acordado de mí. No quiero leer mas eso, solo quiero leer libros. Borre los números de la agenda de mi teléfono celular, para no mandar mensajes desesperados cuando, en mi afán por olvidar, solo recuerdo como era siempre esperar respuesta a mis mensajes de texto y obtenerla, e intento volver al pasado, grato pasado, como siempre es el pasado comparado con el ingrato presente, también llamado realidad. Deje de beber, porque alcoholizado mi carácter se presta más al cuestionamiento de ciertas decisiones que he tomado, pero más cuestiona aún las decisiones que tomaron algunos sobre mi persona y no lo solo los cuestiono sino que exijo resarcimiento, en vano, si es que es necesaria esta aclaración. Cuando borracho vuelvo a casa, siempre pienso que era divertido estar borracho antes y ahora es solo una forma de traer la melancolía del domingo a cualquier otro día de la semana cuando sea necesaria, como es necesario afrontar el cruel destino, cuanto más tarde peor (la opción cuanto antes mejor no parece tener ningún significado en mi vida), siempre es mas tarde, siempre es tarde, pero es el tiempo justo de pensar que la verdad no tiene remedio, aunque contrariamente al saber popular, creo que la verdad muchas veces ofende, o cuando menos, ofusca.¨

Ahora parece que es un gran paso, para cortar los lazos con alguien, ser capaz de eliminarlo de facebook, uno ha pensado cuan seria era la ruptura con alguien al ver que ya no estábamos conectados, que no éramos mas “amigos”. Es todo un paso en una relación (fallida) el deshacer lo que facebook había unido. Quien no recibió el llamado indignado de algún amigo (cuando estábamos tan bien parados en la vida que éramos capaces de aconsejar calma a los menos afortunados) preocupadísimo de que tal o cual pelotudo los había eliminado, o peor, el olvido, la nada misma, a dimensión fantasma desde donde ni Superman puede volver, el fulano amado lo había bloqueado!!. Con tanta importancia que cobra el tema, pasé a borrar a personas de facebook, por lo tanto, de mi vida. Es así que no voy a estar más a un clic de distancia (bueno, voy a estar a dos) de sus novedades, noviazgos nuevos, fotos maravillosas de paseos por el tigre o los festejos del año nuevo Chino en Belgrano, parece una distancia mucho mayor sin embargo.
No voy a los lugares donde seguramente lo voy a encontrar, porque siempre, pero siempre, siempre, si te descuidas tan solo un momento, lo vas a ver en brazos de otros, y ese descuido, que surgió seguramente porque pensaste que ya lo habías superado (aunque con argumentos cuestionables), se vuelve una fuerza más poderosa que la gravedad, fuerza que ejerce su poder en varias direcciones a la vez, cuando entras te lleva a verlo de lejos, por solo unos segundos te impide ver a nadie más, especialmente al muchacho que lo sostiene del hombro (por algún motivo mis ex me dejan por gente muy alta), cuando lo viste, miras a la salida de emergencia más próxima, cuando volvés a mirar ya no está, no está él ni el alto que estaba con él, cuando corres a la puerta, para irte sin saludar, te lo chocas si o si, te lo chocas, si o si, lo saludas y ya no podes irte impune, ahora tenés que convivir con el (ellos) todo la noche, o por lo menos una cantidad razonable de horas, para que la gente (y los gays) no piensen que te estás yendo a causa del (siempre desafortunado) encuentro con un ex del cual te separaste en buenos términos(“buenos términos”), esas cosas que la gente moderna se empeña en hacer, y yo , que quiero ser moderno, siempre hago.

Ahora no veo sus fotos, no puedo comunicarme con él, ni me lo quiero cruzar, pero como hago para olvidarme?
Olvidarse, tal vez no se puede. A lo mejor es simplemente aprender que las personas tienen sus propios planes y que muchos (todos) de esos planes simplemente no nos incluyen. Quisiera poder borrar de mi mente a esos individuos, quisiera que fuera tan simple como eliminar su número de mi celular, pero nada es así, si pudiera borrarlo sin más, me estaría perdiendo de todos esos recuerdos, todas esas cosas que nos hacen sonreír cuando pasamos por los mismos lugares que recorríamos juntos, me olvidaría también de que soy capaz de amar y ser amado( nunca en ese orden, nunca al mismo tiempo), pensar que podrían haber sido distintas las cosas me lleva mucho tiempo por día, por eso quiero achicar un poco la cantidad de actividades que tengo, no quiero sumar ningún recuerdo a los que ya tengo y todavía no ordene en alguna de las categorías que existen cuando uno clasifica su vida. Ahora está todo junto, todo a la vez, todo mezclado. Necesito un poco de orden, necesito empezar de nuevo. Por lo pronto no lo llamo, no lo busco (sigo, sin embargo, sobresaltándome si suena mi celular con un mensaje)