Diego Sale a Cenar

Trato de explicar por qué algunos nosotros recorremos las calles de Buenos Aires solitos . Buscamos el amor o una cita, un amor para toda la vida aunque dure solo un día.

Me Visitaron

viernes, 14 de mayo de 2010

Con los ojos cerrados

“Se que no debería verte, pero es la ciudad, es Buenos Aires, que se achica y se dobla, se expande a voluntad, y también se contrae, y cuando menos lo espero, estas ahí.”






Cuando te conocí me dijiste que querías hablar más conmigo pero yo solo quería que me beses, Quería que me beses porque cuando besas cerras los ojos y así no me miras, porque ya no aguanto la risa cuando me miras. Se me estremece el cuerpo, siento alegría. Sabía como iba a terminar todo cuando te vi la primera vez. Y sí, termino. Casi sin empezar, termino.
Quizás si esta historia hubiera sido hace mucho tiempo, en otra época, en una ciudad que no fuera Buenos Aires, podríamos decir que las cosas terminaron y eso significaría el olvido. (Pero) Buenos Aires tiene es capricho conmigo, y nunca me deja salirme con la mía, siempre expone mis mentiras, y expone mi corazón justo de la forma que mas me duele, como expone la basura cuando el horario de oficina se termina y todo se vuelve mas real para los que no tienen a nadie esperando en casa y, por lo tanto, no hay motivos para volver temprano.
A veces pienso que quizás lo nuestro hubiera funcionado si me hubieras conocido de la forma que mis amigos me conocen…pero cuando estoy con vos soy un perfecto idiota. No se que decir o como actuar. No si esta bien mirarte a los ojos, no se si quiero escuchar lo que tenés para decirme, se que no me alcanza con lo que tenés para darme.
Se que no debería verte, pero es la ciudad, es Buenos Aires, que se achica y se dobla, se expande a voluntad, y también se contrae, y cuando menos lo espero, estas ahí. Junto a mí en el subte. Paradito, haciendo equilibrio. Me pones la mano en el hombro y me preguntas si te podes agarrar de mí. Y te digo que si. Compartimos el viaje y me sostenes para que no me caiga por el anden. Para mí, que la ciudad se divierte conmigo, me empuja a las vías, solo para que me sostengas, con una sonrisa casual, y un “boludo!”, para mi todo pasa en cámara lenta, siento cada uno de tus dedos en mi brazo, me imagino que dejaron marca. Lo digo y lo sostengo, es Buenos Aires, ella quiere que piense que sos indispensable para mí, quiere que yo piense que en este momento estaria muerto si no nos hubiéramos cruzado en el subte en la hora pico.

Me despedí como pude. Como siempre. Y unos minutos después ahí estaba yo, listo para hacer mi pedido de un ¼ de libra grill con queso, como siempre que me cruzo con vos. Como siempre, pensaba en la vida, en la ciudad, en mi mala suerte, y el aire me empezó a faltar, y el sudor que me bajaba por la frente se volvió frío, y me encerré en el baño, de cara a la pared, con mi frente sobre mi antebrazo, como si me dispusiera a contar hasta cien, o a hasta mil, y me miraba los zapatos y no me acordaba de habérmelos puesto a la mañana.
Y pensé que nada podía ser peor.

Y mi celular empezó a sonar. Y atendí sin mirar quien llamaba, porque no importaba quien llamaba. Pero eras vos, otra vez, de nuevo. Querías saber si había llegado sano y salvo a mi casa. Tal vez te preocupaste por mi, quizás las líneas se cruzaron, o tal vez querías asegurarte que no fuera yo el que te llamara para ver como estabas, porque había sido insistente al pedirte precaución antes de que cruzaras el parque solito, cuando te bajaste en tu estación y el tren me dejo seguir en paz mi camino. Por cualquier motivo, tus palabras fueron devastadoramente simples, “quería saber si habías llegado bien”. Y eso es demasiado para mi corazón de treinta y tres. No me sirve de nada pensar que en ese mismo momento estabas en brazos de alguien, o lo sumo unos momentos después lo estarías. Entre el momento en que corte el teléfono y recupere la respiración y abrí la puerta, ¿estabas ya pensando en la cena?, o ¿en un plan para hacer en pareja el fin de semana? Quizás pasear por Buenos Aires, tomar un taxi y parar en algún café a leer el diario, o algo así de alegre y maravilloso. Y me comí mi hamburguesa. Saque mi birome bic negra y escribí algunas de estas lineas en las servilletas que me quedaron después de sonarme la nariz y secar alguna lagrima que se quería escapar. Y pensé, una vez más en tus planes del fin de semana, y en mi mala suerte. Y sonreí, porque se que tus planes te los arruina la lluvia o el corte de un puente, porque se bien que Buenos Aires no ve con buenos ojos a las parejas felices, le gustan mas los amantes angustiados, y los recuerdos de cosas que nunca pasaron escritos en servilletas de un bar, cuando te refugias de la lluvia a tomar un café por Corrientes.

Volver a casa, a mí mirar mi programa favorito, seguir teniendo un amor de mi vida dando vueltas en mi vida y no poder tocarlo, parece devastador. Y parece suficiente para vencer a cualquier persona, bueno, no es suficiente para vencer a alguien como yo, a alguien como vos, sabemos que no hay nada que nos mate. Ni la cuidad, ni el ex oculto en cada esquina. Ni los recuerdos de una vida mejor que esta. Lo único que hace falta para recuperar el aliento es caminar. Caminar unas cuadras o ir al chino de la vuelta, todo el mundo sabe que por mas nublada que tengas la vista, cuando keres, podes ver bien, y sonreír. Y reírte de nuevo porque cuando ves al muchacho que atiende el kiosco que te mira con esa cara de “que miras puto te voy a matar”, entonces sabes que estas bien. Sabes que la vida sigue y simulas detenerte para hablar por teléfono. Sacas tu celular y llamas a un amigo que entiende perfectamente que el motivo de la llamada es simple: es solo una excusa para poder pararte y seguir mirándolo un ratito más, antes de volver. El Congreso no parece tan gris y caminar sigue siendo una aventura. La excusa se puede convertir en salida, y una película en un cine barato, con un amigo tan disfuncional como uno mismo, a las once de la noche en un día de semana, en Buenos Aires, en otoño, en las puertas del Bicentenario, es una cita perfecta. La charla a lo largo de la Av. De Mayo intercala el pasado, el presente, Mirtha, Susana, lo que pasó ayer y lo de hoy, lo bello de los edificios Art Nouveau, y lo bello de los muchachos que pasan a tu lado y hacen que interrumpas la conversación y la retomes hablando de cualquier otra cosa. El viento sopla mas, por eso te das cuenta que llegas a 9 de Julio, y tenés que volver a casa, porque el día de mañana va a ser muy complicado, o sea, igual que el de hoy. Lo noche nos da reparo. El Bondi que no viene nunca por fin llega, y sentís que Buenos Aires de da una palmada en la espalda a ultimo momento, como para que no te enojes con ella y vuelvas mañana.

miércoles, 5 de mayo de 2010

Imagina. Mejor no.

"...el día que tanta injusticia, tanta impericia, tan imprudencia, finalmente, sea reparada, el día que el pelotudo mas grande del mundo, también conocido con el amor de nuestra vida, se dé cuenta que nos ama. Eso sería un día perfecto en serio."







Imagínate como seria el día perfecto para vos. Imagínate que podes dejar de ser egoísta y cambiar el mundo. Lo que te propongo es que te imagines dos cosas distintas pero al mismo tiempo. Lo cierto es que cuando primero se me vino a la mente imaginarme un día perfecto lo primero que me imagine fue que podía cambiar los sentimientos de una persona. Y con una pequeña reflexión, me di cuenta que no importa el mundo, ni importa el 2012, en la mente de la persona enamorada/enajenada esta siempre el mismo pensamiento. Es un egoísmo un poco raro. Porque de poder elegir, lo que imagine fue, que tal o cual persona me ame. En lugar de lo más sencillo, dejar de pensar constantemente en el mismo individuo, que por cierto, para elegir esto último uno no necesita de Genios o lámparas maravillosas.
El día perfecto perfecto seria, no sé, digamos:”la paz mundial”. Si no pensamos en algo tan altruista, podríamos decir, “un poco de paz”. Y el egoísta podría decir. “que me dejen todos en paz”.


Pero hay otra clase de día perfecto, el día en que finalmente, uno se imagina, que va a ganar. ¿Qué va a ganar la lotería? ¿Qué va a ganar un ascenso o las elecciones presidenciales? , no, claro que no, el día que tanta injusticia, tanta impericia, tan imprudencia, finalmente, sea reparada, el día que el pelotudo mas grande del mundo, también conocido con el amor de nuestra vida, se dé cuenta que nos ama. Eso sería un día perfecto en serio. Pero, (claro, siempre pero), hay algo en nuestro egoísmo que nos hace olvidar de lo más importante, la persona en cuestión, siempre la misma, aunque pueden ser muchas persona que representen lo mismo, seguramente anda por la vida de lo más feliz. Porque no se hace estos planteos sin salida que propongo a menudo, porque seguramente .está enamorado de alguien o, mucho peor (para nosotros), está en una feliz relación con alguien mejor que nosotros. Si el amor que sentimos es real, porque es, cuando menos, raro que nos enamoremos justo de la persona que no nos corresponde, deberíamos pensar que el día perfecto seria que la persona que amamos pueda ser feliz.
De donde salen las fantasías, esas fantasías alocadas, donde las personas, por algún tipo de accidente cerebro-vascular grave, están con alguien, o con muchas personas, en lugar de estar con nosotros. ¿Por qué no nos eligen?, es un misterio que nos desvela, noche a noche y que no nos deja ni dormir la siesta el sábado a la tarde. ¿Por qué, en algún punto de nuestra salida del viernes, entre ese momento donde nos clavamos la primera pinta después de la oficina y volver a casa con camisa y sin corbata, con olor a alcohol y sin orgullo, nos preguntamos por qué no esta acá conmigo? La respuesta, si pudiéramos alguna vez sobreponernos a nuestro propio derrame cerebral, es sencilla, porque no quiere, o es que acaso ¿existe alguna clase de fuerza gravitacional que se lo impide? A caso nuestro “novio” (el editor de texto no me deja poner más de un solo juego de comillas, pero mentalmente estoy poniendo como mil a cada lado de la palabra novio) vive en Berlín Oriental entre 1949 y 1990? No. Lo que nos separa no es la distancia, no es la condición social, ni siquiera la condición sexual, ni siquiera es algo, si no la ausencia de algo. La inexistencia de un sentimiento por parte del otro. Es difícil expresar que lo que nos separa es justamente la nada, el vacio, la falta de, una cosa que jamás estuvo, algo que no surgió. Sería más sencilla la vida si perteneciéramos a familias rivales de la mafia china y nuestro amor fuera imposible por ese motivo.

Hablaba con alguien que me dijo, “estoy enamorado”, y me lo escribió por MSN, con signos de admiración que eran como unos muñequitos verde manzana que tenían sonrisa y bailaban, y le pregunte si era correspondido, bueno, él no sabía. Y yo recordé que bueno que era el amor antes, y como es de bueno el amor en esa instancia, cuando conoces a alguien y estas contento y sonreís, y te pones nervioso cuando lo tenes cerca. En ese momento al principio de todo, donde es amor que sentís te hace feliz, y no depende de nadie más que de vos mismo. Habría que disfrutar mas eso y no apresurarse a saber que tan mutuo es el Sentimiento.
Me imagino que la vida sería distinta sin amor. Pensaran muchos que de lo que vengo hablando una y otra vez es, justamente, de que no lo encuentro. Bueno relean, porque el amor lo encontré hace rato me hizo feliz exactamente 13 días, y luego fue solo desazón. Pero no me imagino ninguna otra forma de vivir, no sé que será cuando me enamore de nuevo. No sé de qué voy a hablar en ese momento.
Pero me imagino que voy a poder dar consejos, Voy a poder decirles a mis amigos con el corazón roto que no se hagan más problema, que todo va a estar bien, voy a poder exigir que salgan adelante, que se olviden del pasado. Ahora no puedo hacer eso.


Imagínense el día perfecto, imagínese que la felicidad es tangible, que miramos al costado y está ahí con nosotros, la persona que amamos. Imagínense un pasar las horas del día alegres porque a la noche vamos a poder estar juntos. Imagínense que la comida es rica, que las historias son divertidas , que el domingo a la mañana aun cuando lees el diario no te pones de mal humor y sos capaz de interpretar el horóscopo de la revista viva de tal manera que te pronostica amor y pájaros cantando por el resto de la semana. Imagínense un mundo sin guerras, imagínense cosas buenas. Imagínense que entienden las canciones de amor y lo que quiere decir la luna con una canción acerca de la paz.
Imagínate el día perfecto donde la paz que sentís es igual a la paz mundial y al cielo.
Imagínate que el amor no duele, imagínate un amor mutuo. Si podes ver un poco mas allá, y reflexionar sobre tu propio egoísmo, a lo mejor vas a poder ver, y quizás , con suerte, el viento a favor, y después de pisar mierda descalzo , te d cuenta que hay alguien que siente amor por vos. Y esto es lo más optimista que puedo decir.