Diego Sale a Cenar

Trato de explicar por qué algunos nosotros recorremos las calles de Buenos Aires solitos . Buscamos el amor o una cita, un amor para toda la vida aunque dure solo un día.

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domingo, 14 de marzo de 2010

Diego Sale a Cenar de nuevo.

“... Esto parece contradecir tantos años de terapia que uno ha hecho, o mejor dicho, parece que toda la terapia fue al pedo, o que simplemente estamos tan rotos, somos tan disfuncionales que no existe posibilidad de arreglo alguno.”


La primera vez que escribí sobre lo que me pasaba tenía la esperanza, o sea, solo eso, esperanza, por alguna razón, desobedecía mi experiencia, y pensaba que la próxima vez iba a ser la defenitiva. Luego comprobé, a lo largo, del año que las cosas no resultan tal cual uno las espera, es más, ni siquiera se acercan un poco (!)(era un optimista quizás?). Y, en el principio del 2010 descubrí que no importa cuanta gana le pongas y cuanto des, la cosa siempre depende del otro. Esto parece contradecir tantos años de terapia que uno ha hecho, o mejor dicho, parece que toda la terapia fue al pedo, o que simplemente estamos tan rotos, somos tan disfuncionales que no existe posibilidad de arreglo alguno. Aprendemos de nuestros papas, de nuestros hermanos mayores y de nuestros mejores amigos, que la felicidad empieza por uno mismo, que la relación con el otro puede funcionar solo si uno está en armonía consigo mismo. Bueno yo no sé donde se encuentra la armonía y todo, si la vida cuando uno está solo esta buena, mejor quedarse así, pero no (claro que no, era obvio), lo que se nos inculca es que para que la felicidad sea completa uno tiene que compartirla con un ser amado (los perros de menos de 2 kg de peso no cuentan). Así, con semejante contradicción en la cabeza, salimos a la vida todos los días. Tenes que estar bien solo pero tenes que tener una pareja estable. Te lo dicen los que están solos, y los otros, esa gente, los que te dan esperanza para seguir adelante, los que son felices, los que tienen pareja, los que te invitan a su casa y hablan de cómo les cambio la vida el nuevo sillón que se compraron, los que tienen la esperanza de algún día alcanzar “la mitad de lo que hicieron sus padres”, los que cumplen años el mismo día que su pareja , los que tienen perros con nombre de persona( por lo general gays) y los que tienen hijos con nombres que yo no le pondría ni a un perro ( por lo general heterosexuales), te lo dicen las mamas de tus amigas, esas señoras tan comprensivas con vos, pero para nada atentas con sus propias hijas( si la conoceré!).

Mi plan se sencillo, dar por cerrado un capitulo de mi vida, que por cierto pensé que había terminado en diciembre pasado, pero que se extendió hasta ahora. Una hoja en blanco. El primer problema que tengo es expresar lo mucho que me enoja la condescendencia de las personas que no me quieren (por supuesto sí que me quieren, he ahí la contradicción). No me explico cómo puedo ser tan maravilloso y, sin embargo, no calificar con novio, preferiría una opinión sincera, alguna pista aunque mas no sea, de cómo superar ese inconveniente, ese mínimo detalle, que me hacer ser un buen amigo. Por supuesto, creo que siempre fui claro en por qué no acepte a alguien como novio (tampoco me paso tantas veces). Espero poder expresar (en el futuro)ese sentimiento claramente a lo largo de mi relato.
Mis técnicas vienen fallando desde hace algunos años, más exactamente desde los 19 (¡!). Así que creo que voy a utilizar las técnicas de otras personas. Creo que tendría que explorar el optimismo arrasador de algunos que conozco (aunque calculo que para cuando termine estas líneas esa gente va a estar tan sola como yo, claro es porque mientras escribo esto es domingo y es absoluta depresión la que me inspira).
Los optimistas son buena gente, para mi gusto un poco inocentes, son los que creen (con más fuerza que uno mismo) que esta vez encontraste al amor de tu vida, son los que se ponen a si mismos de ejemplo, los que te dicen “negrito”, yo tendría que empezar a decirles a todos “que haces negrito” a ver qué pasa.

El optimista gay siempre tiene un novio al que ama con locura, y está convencido que es amado a su vez. Cree que después de tanto ingrato que se le cruzo en la vida (muchos), el que tiene ahora (el novio que tiene ahora, luego veremos si le llamamos ingrato también) es el definitivo, que de alguna manera muy karmática, ahora sí, ahora le llego el momento de ser feliz por el resto de su vida. Yo los miro, siempre los miro, en las reuniones el novio del optimista nunca aparece, con una justificación muy plausible (por supuesto), y empiezo a sospechar de la existencia de ese príncipe azul, siempre creo que ese ente novio-de-optimista debe ser algún hijo de puta que lo está cagando con todo lo que se le cruce, porque el buenazo de nuestro amigo (bueno , también les digo boludos a veces) siempre está ocupado esparciendo esperanza y buena voluntad entre los menos afortunados(y solteros). Pero claro, no siempre es así, eventualmente el famoso hombre sobrehumanamente bondadoso aparece, uno lo conoce, y se da cuenta por qué el optimista cree que su novio tiene ojos solo para él, o porque el novio en cuestión es feo (muchas, muchas veces) o porque existe el amor. Porque la actitud positiva siempre ayuda y a veces, solo a veces, el universo se conjuga y dos optimistas se encuentran. Trate de ser optimista este verano. Trate en vano (si no, no estaría esta noche escribiendo esto). Lo que me pasó en este verano es breve, casi fue un abrir y cerrar de ojos. Pero claro, me marcó. También era lo que me parecía que iba a pasar, aunque traté de ser optimista.

1 comentario:

  1. (me costo llegar al posteo con esto mie..de las escaleritas del las fechas)
    No se q decirte negrito...

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