Diego Sale a Cenar

Trato de explicar por qué algunos nosotros recorremos las calles de Buenos Aires solitos . Buscamos el amor o una cita, un amor para toda la vida aunque dure solo un día.

Me Visitaron

martes, 3 de noviembre de 2009

Domingos de Super Accion

Era ese domingo tan soleado que daba la sensación de que hacía calor. Respondí el llamado del pasado que volvía. Hablar con un ex por primera vez desde la ruptura puede ser confuso. Y fue mi pensamiento de las cosas vividas lo que me llevo a pensar que quizás un simple reencuentro de un domingo a la tarde, podía ser un reencuentro, a secas.
Según él, necesitaba hablar conmigo y aclarar lo que había pasado, y de ser posible esa misma tarde. Sin decirle que yo estaba lejos de mi casa, accedí a un encuentro en nuestro lugar de siempre como a las cinco de la tarde. Llegué tarde (pero él me esperó).
Tenía en mi mochila solo una remera limpia y no dude en usarla, era una remera verde, Vans en gris estampado en el pecho, que era, la remera favorita de mi ex, que yo le había obsequiado pero en la urgencia de la separación había vuelto a mí, su dueño original, por casualidad ( No creo en devolver regalos cuando algo se termina, él tampoco, según me entere su costumbre era juntar las cosas obtenidas a lo largo de una tortuosa relación y quemarlas en el jardín de atrás de su casa. Suerte para mí que me quede con su/mi remera favorita)
Cuando nos vimos lo note más flaco, con mas anillos, y un nuevo corte de pelo. Lo primero que me dijo fue:” esa remera es mía”, y yo solo sonreí (pensando en la fogata). Luego de las cortesías y las preguntas por los amigos que cenaban con nosotros le pregunté que quería. Él me respondió que quería saber que había pasado y la razón por la cual nos habíamos separado. Le respondí (con una sonrisa):” te deje por que sos un co-dependiente de mierda”. El se dedico a explicarme como yo lo había conocido de esa manera y lo había amado también y que la gente no cambia. Pero yo sabía que la gente sí cambia, que yo había cambiado y como consecuencia de ese cambio lo deje ir aquel 4 de enero y ya no estaba más con él, pero eso no se lo dije, en cambio, propuse:” Si querés volver conmigo, volvamos, pero ahorremos el drama y la película de hallmark, hablemos después”. “Por ahora no”, fue su respuesta.

Entonces continuamos la charla y reflexionamos sobre el tiempo en el que estuvimos separados. Yo sabía que él había tenido al menos 2 relaciones en los (pocos) meses que no nos habíamos estado juntos. Me lo había cruzado una tarde en la que yo caminaba apurado por la calle florida, casi llegando a la Av. de Mayo, por el Burger King, él venía hablando por celular, fumando y siendo llevado del hombro por un muchacho poco agraciado pero más alto que yo y con pelo. El mismo que había sido visto por dos amigos míos casualmente ambos heterosexuales, por lo que el juicio sobre la belleza del tipo en cuestión fue más bien escueto. Uno de ellos me dijo que tenía cara de marmota, y me dijo que se llamaba Pedro por que había sido presentado por mi ex, el pastelero. El otro de mis amigos me dijo que no los saludo por respeto a mí, pero que sin dudas yo era más lindo que él. Con esas dos opiniones me había quedado tranquilo (solo por un rato, claro). Se ocurrió comentar estas opiniones con un amigo (gay) por MSN, y me contesto que , por lo general, los que son feos y con cara de marmota tienen una pija grandota y cojen “a lo bruto”, que seguramente a mi ex novio se lo estaban “re-cojiendo” y que por tal razón estaría feliz de salir con un feo( Creo, que los gays tienen cierta cualidad para decir cosas completamente relacionadas con el saber popular en momentos en que nadie, especialmente otros gays, quiere escuchar) En conclusión, mi ex novio había rehecho su vida con un semi-retardado que se lo cojia (literalmente) a lo bobo.
Volviendo a esa tarde, le pregunte a mi ex si estaba solo, ante su respuesta afirmativa, sonreí y le dije: “menos mal, porque ese novio que tenias, Luis, era muy feo”. El me dijo que se llamaba Pedro, que era muy bueno, que ya no estaban juntos pero eran amigos, y que lo había conocido antes que a mí pero que a lo largo de nuestra relación Pedrito (pobre) había esperado pacientemente y continuado en contacto. Simplemente no le creí. Pero no se lo dije, en cambio, me alegre de que haya tenido un novio y pueda seguir siendo amigo.
En definitiva hablamos de otros temas, y nos distendimos. Seguí con los chistes sobre Pedro, hasta que él se empezó a reír también.
Era bueno verlo y así se lo dije, además le dije que espera encontrarme con el pronto, que lo que realmente importaba era que los dos éramos distintos ahora, que éramos dos personas que se habían amado, se habían equivocado y había crecido en el proceso. Le explique que el amor y el respeto se pueden transformar y los novios pueden llegar a ser amigos. El estuvo en completo desacuerdo. Pero si acordamos volver a hablar pronto.

Volví a casa, solo, cansado y melancólico. Llamé a una amiga para que me venga a ver y contarle todo, pero no estaba disponible. Mi amigo, el dueño de casa, llamo para saber detalles del fin de semana que estaba pasando, le informe brevemente. El se rio, se asombro, se compadeció y volvió a asombrarse por mi suerte. Me quede en ese departamento solo, mirando por la ventana, ya empezaba a hacer mucho frio. Me pedí un matambre a la pizza con fritas, llame a mi jefe por teléfono y le dije que ese lunes feriado iba a ir a la oficina a sacar el trabajo atrasado. Mientras comía y miraba Operación Triunfo me sentí un poco patético y amargado. Decidido me fui a acostar, pero antes me conecte.

Estaba ahí sentado, mirando fijo el monitor, como si no supiera manejar el mouse. MSN abierto, inmóvil. Hasta que él entro. Era el muchacho que había conocido en el año nuevo y estaba ahí (virtualmente) conmigo. Tenía que decirle algo, tenía que decirle que a traves de los meses y las largas charlas durante las horas de oficina había deseado, y deseado otra vez, tocarlo porque casi no podía recordar ya la suavidad y el olor de su piel. Le tenía que decir que deseaba besarlo y hacerlo reír, quería prometerle que solo iba a conocer la mejor versión de mí. Que me iba a alegrar de verlo cada vez que nos encontremos. Quería decirle que todo lo que sentía cada mañana que nos decíamos buenos días por MSN y la frustración que sentía si llegaba el medio día y el no me había hablado, quería decirle que todo eso, que existía la posibilidad de que todo eso, significara simplemente que pensaba en él todos los días. Que lo quería. Que esperaba que todos los momentos que habías pasado juntos fueran por los recordados en tan alta estima como los recordaba yo. Que toda, la insatisfacción y las citas frustradas no me importaban, que el único vacio que nunca se lleno era el que había dejado el. Quería decirle que había escrito mil cartas que nunca envié. Que había soñado que estábamos juntos y cuando me desperté me sentía muy bien. Pero no lo dije, tampoco le dije que a veces, otros domingos había escuchado canciones tristes sobre amantes y rechazo y había pensado en el. Supongo que de todas esas preguntas ya sabía la respuesta. En cambio, le dije cosas triviales y obscenas que fueron bien recibidas por el. Lo invite a ver mi cámara web y él me invito a ver la suya. Obtuve lo único que podía obtener, una imagen, algo que estaba a simple vista pero era tan claro como inalcanzable. Nos sacamos la ropa y lo vi tocarse Lo vi sonreír con ganas, y lo vi excitado como estaba yo. Fue un placer muy raro. Otro momento que me lleno de preguntas que no me atreví a hacer nunca, otro de esos momentos que uno sabe bien que siempre van a quedar grabados en vos pero al mismo tiempo sabes que para el otro carecen de importancia, o son, apenas, una anécdota. Sentí ganas de ir corriendo a buscarlo, de sentir su cuerpo contra el mío. Quería saber que sentiría el si lo tocaba.
Cuando él me escribió que le de un minuto de tiempo, lo vi atendiendo el celular y me di cuenta que era su novio que lo llamaba antes de ir a dormir. Pero hice de cuenta que no me había percatado en lo mas mínimo y luego del minuto seguimos adelante hasta el final.

Quizás estas líneas no sea bien recibidas, algunas páginas anteriores no lo fueron. Pero de todo lo que escribí algunas cosas las invente, otras las escuche de boca de mis amigos, y algunas me pasaron y todavía perduran. Algunos amigos me gane y el corazón se me rompió un poquito y se me estremeció cuando volví a recordar para escribir. Si las cosas que suceden en la vida tienen un significado, creo que una búsqueda como esta sucede por una razón. Quizás mi idea de escribir fue una excusa para llegar a este punto exacto y escribir justo lo que escribí y que sea leído solo por una persona. Quizás creía que mágicamente estas líneas, como una carta de amor de despedida, iban a producir ese efecto que todos esperan cuando la última acción desesperada es escribir una carta de amor, que la persona que es el destinatario tenga de repente un cambio tan notorio que le haga abrir los ojos y reconsiderar los motivos por los cuales te abandono. Pero todo aquel que alguna vez se enamoro, y escribió la misma carta mil veces y la tiro a la basura, el que tiene un mail hace dos meses y cada vez que lo está por mandar se imagina la respuesta y lo guarda como borrador una vez más , los que salen del MSN y se vuelven a conectar para ver si alguien que no se había dado cuenta de su presencia les habla, saben muy bien , y lo sé yo también , que nunca las palabras escritas cambian el parecer de alguien, ni las buenas acciones y no los favores , ni convertirte en su mejor amigo. No existe un momento justo para ir a buscar las cosas que dejaste el departamento que compartías cuando pensabas que todavía podías volver. No hay regalos, ni fechas de cumpleaños, ni ningún otro momento justo en el que hablar. Nada de lo que hagas puede hacer que alguien que no te quiso antes, te quiera ahora. Aun así estas líneas exorcizaron algo en mí. Dijeron cosas para que sean leídas como un último suspiro, como volver a leer la última línea del final de un libro antes de guardarlo en la biblioteca.

El lunes fui a trabajar y después volví a casa, a Quilmes. Mientras escribo solo faltan 19 días para mi cumple numero 33 y tengo una lista de 52 invitados confirmados y 70 que me contestaron que puede ser que asistan. De los 50 que aun no me contestan solo hay uno que me interesa ver especialmente(por razones que son un secreto). Y de los que no están invitados solo hay uno que espero poder llegar a invitar antes de que llegue la fecha, aunque todavía no lo conozco.

1 comentario:

  1. puto
    casi me haces llorar con este post
    necesito q se te den las cosas para podes seguir creyendo
    se q lo vas a leer y me vas a hacer algun comentario ironico al respecto
    eso seria tan vos
    pero no me importa
    mereces ser feliz dieguito
    besote

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