Diego Sale a Cenar

Trato de explicar por qué algunos nosotros recorremos las calles de Buenos Aires solitos . Buscamos el amor o una cita, un amor para toda la vida aunque dure solo un día.

Me Visitaron

viernes, 20 de noviembre de 2009

Ante ultimo episodio

Cuando lo salude al rey oso me dijo que no podía creer como había dejado de lado mucho de la timidez que tenia, mucha de la timidez que me impido, tal vez, acercarme mas él, pero en ese momento era todo alegría. Dieguito, me dicen muchos es esos ámbitos, eso me parecía simpático, cuando el rey oso me abrazo y me dijo,”Dieguito!!”, yo pensé que era un poco grande para ese apodo, y pensé que Dieguito ya era Diego, y me sentí un poco fastidiado de tanta gente y calor y pensé en mi cumple y en las personas que estaban ahí, y que algunas iban a estar en mi fiesta de cumpleaños. Y me canse un poco de la fiesta, y me canse un poco de las fiestas en general.
Pensaba en todas esas personas alegres que un día no me convencieron, pero que si convencieron a alguien más. Quizás estaba buscando un ideal que no existía.
Mientras escribía esto y reflexionaba sobre la vida en pareja en general, y la mía en particular, pensaba en los seis años que pase junto alguien y me parecía que había sido hace mucho (mucho) tiempo atrás, luchaba para convencerme de que no había sido un fracaso en ningún aspecto. Al tiempo que sacaba conclusiones un mensaje de texto llego: ‘’ Hola Diego ! como estas ? como andas de tiempo para vernos? Te invito al cine, quiero verte antes de que envejezcas  chiste!’’ El mensaje era de un muy buen amigo que no veía hace tiempo que se había separado de su mujer hacia una semana y no se lo había contado a nadie. Respondí que cuando él quisiera, y sin esperar una respuesta, después de la oficina me fui directo a buscarlo hasta su trabajo (me había enterado de la noticia de la separación por muy buenas fuentes antes, pero no se lo dije), fuimos a tomar unos mates a su casa. Le dije lo que pensaba del asunto, sobre su relación y sobre su forma de ser (mas bueno que el pan, quizás le falta un poquito de garra , pero yo lo adoro así como es), hable sobre la pareja y las relaciones en general, y era como si pudiera escucharme a mí mismo hablando como si fuera otra persona, me di cuenta que estaba dando consejos y sentí que era un poco más maduro que antes ( no por los consejos, si no porque no le hice ningún chiste acerca de su fracaso con las mujeres y la conveniencia de volcarse al camino de la homosexualidad, lo pensé , no con estas palabras, pero no lo dije)

Hablamos sobre el amor, sobre el sexo, sobre mí y mis relaciones pasadas, sobre que significa fracaso y que significa egoísmo, sobre ceder, poner límites, y el respeto. Sobre cómo encarar el final de una relación y cuando es conveniente luchar hasta lo último. Sobre lo importante que es amar al otro tal cual es, aunque no exista ninguna garantía de retribución o reciprocidad. En definitiva lo escuche hablar, y lo observe tratando de encontrar un camino que seguir, aunque no supiera bien todavía a donde quería llegar . Y me sentí mas amigo de él que antes. El había encontrado a su amor, y pensé (supongo que el también lo pensó) que iba a durar mucho mas. Lo vi sentado ahí, en su departamento lleno de libros, y pensamos en cuanto mejor sería ser adolecentes, por qué haríamos un plan, una estrategia para recupérala mediante trucos románticos, pero ahora estábamos grandes y había que asumir cosas. Y tomar decisiones difíciles.

Mi amigo vive en el 6to piso en el edificio que está justo al lado de donde la fiesta de los osos tuvo lugar el sábado. Así que cuando me iba de su casa, eche una mirada a esa entrada que estaba cerrada con rejas, y también mire las montañas de basura que había a lo largo de la calle Sarmiento, y daba un poco de tristeza todo. Y me fui a casa, encare solito el mismo camino del domingo a la mañana. Sin embargo, en el fin de semana tenía una melancolía diferente, En la fiesta había bailado y sostenido la misma charla de primer encuentro un montón de veces, había prometido volver para continuar esas primeras charlas, pero no lo había hecho en la mayoría de las oportunidades, pensé los besos y las miradas que había habido. Me había quedado hasta el final de la fiesta, cuando ya no bebes más y bailas a tu propio ritmo. Muchos hombres me había invitado a coger, muchas parejas también, muy pocos me invitaron a desayunar, nadie se quedo a mi lado hasta el final, nadie insistió ante mi negativa. Era como si hubiera tanto por ganar en esa fiesta que todos creyeron que iba a aparecer una mejor oportunidad justo después de otra. También los que me habían besado el vienes lo pensaron. Estaban todos eufóricos, todos de buen ánimo.

Cuando me iba de la fiesta, un amigo rezagado me tomo del hombro y me dio a elegir entre el desayuno o compartir un taxi. Elegí el viaje y los dos nos fuimos juntos pero separados, todavía riendo y mirando por la ventanilla gente con suerte parecida a la nuestra que se alejaba sola o en grupos también riendo. Así me fui, baje la ventanilla y los dos pensamos que el viento en los arboles mientras íbamos por 9 de Julio se parecía mucho al que hay cerca del mar. Y los dos pensamos que había pasado la fiesta, que estamos igual que antes y que , en definitiva , una fiesta no te cambia en nada. Mi amigo ,que compartía el taxi conmigo me relataba sus pormenores de la fiesta y lo emocionado que esta de haber conocido a alguien, el es más joven que yo, y quería decirle que cualquier esfuerzo es vano , que no albergara ninguna esperanza, que cuando llegara a mi edad el pesimismo lo iba a alcanzar a él también , quería decírselo a él , pero más que nada quería decírmelo a mí mismo. Pero no pude.
Cuando deje la fiesta faltaban 6 días para mi cumple y era domingo, cuando volví sobre esos pasos por la calle Sarmiento era miércoles y faltaban cuatro días para el cumpleaños número 33. Mi amigo, aun en sus días de penas de amor, lee este blog y me pregunto si de todos eso chicos había invitado a alguien a mi fiesta de cumpleaños. Creo que él quiso de decir que si finalmente había encontrado un candidato más o menos firme, la respuesta es no. Pero si invite a la mayoría de las personas que aparecen a mi lado en estas páginas.

El jueves tengo una cita, con un muchacho con el que hablo bastante seguido y no conozco personalmente aun. Quizás sea él. Pero si algo me dejo semejante fiesta (cerca de 2000 putos todos juntos ) fue que nada es seguro, que hay que disfrutar más y pensar menos (cuando se está en uno de estos eventos) Pero sobretodo que , a pesar de la suerte con los hombres (o las mujeres), siempre vas a tener un amigo que este a tu lado, con una mano firme en tu hombro, si recién te separaste o si no temes a nadie con quien compartir un taxi.
Mi fiesta es en Belle Pop. Una fiesta ochentosa que se pone muy buena. El sábado 21 de noviembre a las 23hs. En San Martin 678 y Viamonte, Buenos Aires.

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