Diego Sale a Cenar

Trato de explicar por qué algunos nosotros recorremos las calles de Buenos Aires solitos . Buscamos el amor o una cita, un amor para toda la vida aunque dure solo un día.

Me Visitaron

martes, 20 de octubre de 2009

Cruz del Sur, o cómo quedarse sin el pan y sin el pan.

Ubicado en una encrucijada. La posibilidad de elegir. Decidí (erradamente) que podía con los dos (por lo menos hasta nuevo aviso, hasta estar seguro cual quería mas, también contemple la posibilidad de que al elegir uno por sobre otro me iba a quedar sin ninguno de los dos) Un viernes como cualquier otro me encontré con el cordobés y como cualquier otra de esas salidas le presente a algunos amigos y cayó muy en gracia. EL pintor por otra parte no era partidario de las salidas o cualquier evento que implique reunión de más de dos gentes. Luego de la salida en cuestión, vino la parte de pasar la noche juntos, lo que de muy buena gana hicimos. Al despertar el sábado estaba lluvioso en Palermo y nos tomamos un taxi para almorzar en McDonald’s de Gascón y Córdoba. Me compre un paraguas y nos despedimos solo por un rato. Desde ahí me dirigí a ver a mi pintor en su casa, único reducto donde lo veía últimamente y pasamos una tarde más que agradable escuchando música y hablando (y cogiendo también, claro). Al anochecer de ese agitado día que había empezado el viernes a las 7 de la mañana, cuando me levante para ir a trabajar, tenía una invitación a cenar. No estábamos festejando nada pero si era una ocasión especial, como mis amigos son especiales para mí. Así que invite al Cordobés a cenar conmigo. Esa noche en particular me reí mucho. Mi amiga había preparado sus empanas abiertas cuya receta había copiado de un cartel del subte B, y su marido había preparado unos Snack de queso que, según él, había inventado desde cero.
Vimos el concurso de miss Argentina y nos reímos mucho, comentamos las anécdotas de siempre y tomamos cerveza. Esa noche sigue siendo recordada aun hoy en día por lo ridículo de las ‘’misses’’ y por la risa contagiosa del Cordobés (lo que me hizo pensar que si me divertía tanto y además cogíamos y mis amigos lo consideraban ‘’buena onda ‘’ quizás el era la persona indicada, aunque, todo el misterio que había en las cosas que no me contaba, era, al mismo tiempo, un pro y un contra). Llegue a mi casa el domingo a la madrugada (había salido el viernes temprano a la mañana) cansado y confundido. El siguiente fin de semana decidí , descansar y quedarme en Quilmes, decidí dejar a Buenos Aires y a mis amantes solos por un fin de semana, lo que no resulto de la manera que yo esperaba pero si dio resultados ( si buenos o malos , no estoy en condiciones de decirlo aun hoy).

El sábado mientras acompañaba a un amigo y recorríamos librerías por el centro de Quilmes, recibí la llamada del pintor que reclamaba mi presencia en su hogar como cada sábado últimamente. Le expliqué que no tenía ganas de viajar hasta allá y que era mejor que nos viéramos a la noche, que vayamos a algún lado, cosa a la que no accedió (cosa que yo sabía de antemano dada su reticencia a los lugares públicos), sin embargo, recibí la misma llamada del cordobés, aunque con una pequeña gran diferencia, Él me pregunto dónde estaba y me dijo que iba a ir a visitarme. Pasamos la esa tarde juntos. Lo que termino por inclinar la balanza a su favor. Hable con el pintor y me despedí sinceramente aunque no le aclare que lo dejaba por otro. Y Luego vino la charla con el cordobés. Le dije que si nos veíamos casi todos los días y la pasábamos tan bien porque no lo declarábamos un mutuo acuerdo, nos poníamos a salir, el conmigo, yo con él, digamos en forma exclusiva. La respuesta (obviamente ya se la imaginan) fue que gracias pero no gracias. Me dijo que no era su momento (claro, no era yo, era el). Uno de los argumentos que uso en mi contra fue que, de tanto hablar y hablar, yo en más de una oportunidad la había expresado ciertos sentimientos por el muchacho que había conocido en un año nuevo, tiempo atrás ( y me pregunto aun la razón para semejante argumento ). Y que seguramente no podía estar cien por ciento comprometido con nadie. Y no solo eso, él mismo no estaba en condiciones de comprometerse con nadie, porque todavía le quedaban (en ese entonces) asuntos pendientes que justificaran su propia ruptura con su último novio. Pero el rechazo sirvió para algo (además de demostrar que si tenés dos y optas por uno el que elegiste te va a dejar y no vas a poder volver con el que habías dado de baja), el cordobés me hablo de su amor y lo difícil de su última relación y me sentí mas amigo de él que antes. Era fin de semana largo y estaba solo. ¿Qué hacer? En ese momento reflexione sobre mi suerte y sobre lo que me deparaba el destino.
(¿Acaso existía dios?,(o alguna otra deidad menor que se ocupe de los gays) ¿acaso me estaban dando una señal? ¿Pero qué quería decir? ¿Arma una lista de espera y hace pasar a los hombres que te gustan solo de a uno en tanda? ) Cuando era chico me mandaban al gabinete psicopedagógico porque era hiperactivo y tenía problemas para relacionarme con los demás , tenía que parar y pensar las cosas dos veces antes de hacerlas, me decían ( o sea tendía que dejar de ser yo mismo ) , el gabinete de psicopedagogía de los adultos se llama terapia o, en los casos más graves , se llama ribotril , pero eso no podía ser la solución, había algo más . Las cosas que me pasaban no son por estar equivocado, son por tratar de estar en lo cierto, por tratar de descubrir la verdad sobre mis sentimientos. Cuando era chico aprendí rápido a decir lo que la psicopedagoga quería escuchar y a dibujar a mis padres ambos del mismo tamaño y con caras sonrientes. De esa manera volvía lo más rápido posible al aula, a seguir investigando la realidad (de las demás personas y la propia) para no morir de aburrimiento durante las clase de geografía. Ahora ya no dibujo un arco iris a propósito (ni los llevo en un pin aplicado a un morral Adidas, nadie debería hacerlo por cierto), me hago cargo de los errores y trato de aprender. Ironías del destino aparte , una vez en una tarde de mate en una plaza de Belgrano , unos evangelistas me prometieron el infierno por ser diferente y describieron mi situación como “ agujero en el alma”, y pensándolo bien ahora , me sentía en ese momento bastante desprotegido y de algún modo vacio (Por supuesto que no se me cruza por la cabeza pensar en volcarme hacia la fe católica, es solo que mire al cielo y suspire , y si dios existe , creo que no entendimos muy bien ) Pero claro que todo duro un segundo . Estaba solo otra vez, en un abrir y cerrar de ojos, solo. Era fin de semana largo y yo esta en el departamento de un amigo que había viajado. Buenos Aires, me proponía revancha. Pero todos saben que esta cuidad no regala nada. Y el sosiego que me deparaba el día de la bandera iba a tener un precio, o mejor dicho, dos (uno muy alto…y otro muy, pero muy muy pequeño).

Faltaban en ese entonces 5 meses para mi cumple numero 33. Y mientras escribo esto, faltan apenas 33 días para esa fecha, y todavía estoy solo y en veremos. Por lo pronto es hora de empezar los preparativos para esa noche.

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