Diego Sale a Cenar

Trato de explicar por qué algunos nosotros recorremos las calles de Buenos Aires solitos . Buscamos el amor o una cita, un amor para toda la vida aunque dure solo un día.

Me Visitaron

martes, 6 de julio de 2010

Un día (y un amigo) Gris.

"... Tengo la (buena) suerte de poder putear a las personas que, incautas, me preguntan por mi estado de ánimo, y esa facilidad (que a veces es vicio) de poder disimular, y que la tristeza pase por aburrimiento y que el dolor pase por mal humor. El día predispone."





Cuando te pasas el día pensando en las relaciones y sobretodo en sus complicaciones, es mejor tomarse un minuto y mirar por la ventana. Respirar. El día está tan frio y gris que se parece mucho a mi estado de ánimo. Y no sé cual provoca cual. El viento viene de la costa, es sudestada fría. Lluvia molesta que no detiene ningún paraguas, pero aun así, uno elige salir a caminar, muchos insisten en que los días así son agradables también, y enfrentas la calle sosteniendo ante quien pregunte que salís porque a vos te gustan los días así. En verdad, debe haber algunos optimistas que le encuentra el arcoíris y el unicornio a cualquier mierda que les pasa en la vida, incluso a la lluvia y en general a todas las estaciones del año, muchos otros ( entre ellos yo mismo) ven el día gris como un guiño de la naturaleza, algo que nos dice, hoy todo alrededor es igual a lo que sentís por dentro, hoy el frio te pega en la cara, y te parte los labios, y agradeces que sea la garua, y no tus lagrimas, la que cumpla la función de nublarte la vista, y el cielo, cuando caminas por Cabildo para el lado de General Paz.
Tengo esa forma de ser, un poco hostil, un poco en broma y un poco en serio, que me permite andar por la vida (y cuando digo la vida quiero decir la oficina), en los días como hoy, sin la necesidad de dirigirle la palabra nadie y mucho menos sonreír o decir buenos días. Tengo la (buena) suerte de poder putear a las personas que, incautas, me preguntan por mi estado de ánimo, y esa facilidad (que a veces es vicio) de poder disimular, y que la tristeza pase por aburrimiento y que el dolor pase por mal humor. El día predispone.

La gente está como yo, esta como el día , estos días, y todos parecen tener una pequeña nube gris que les llueve en la cabeza incluso en los días en que todo el mundo está de picnic, y no importa que sea un día como hoy o uno soleado, no importa si estas solo o en pareja, no importa nada. Tenés noticias, de fuentes que siempre son confiables (confianza que aumenta proporcionalmente en función del malestar que te causan los comentarios), que te arruinan el día (cuando digo el día quiero decir, la vida) y me hace pensar que no importa cuán idílica sea tu vida, las dudas surgen, y el dolor también. El malestar es gris.
Las relaciones de nuestros ex, de nuestros actuales, de los actuales de nuestros ex, de los ex de nuestros actuales, todo parece influir. Todo existe y nos afecta. Resulta que a los 33 años el significado de “el mundo es tan pequeño como un pañuelo” se vuelve extraordinariamente influyente en mi vida cotidiana, y en la de mis amigos. Uno sigue en contacto con los artífices de nuestros (sufrimientos) pasados, porque aprendimos en la escuela de los (gays) modernos que uno debe superar el hecho de haber fracasado como pareja, y asumir una superioridad digna del propio Deepak Chopra, y convertirse en una especie de amigo de categoría para los ex.
Así ingresas en la zona gris, no podes comentarle a tu actual que sos amigo de tu ex, y tu ex lo sabe, yo digo que si no le podes comentar algo así a tu novio, no es mejor simplemente dejar de ser amigo del ex, es mejor ser ex de tu actual y ex amigo de tu amigo ex, quedarte solo y sufrir a causa de la soledad, que es mejor que sufrir porque estas con alguien, porque ese sufrir es infringido por ese alguien, por lo general alguien que dice que te quiere mucho. Esa zona gris, cuando te preguntas si es mejor irte o quedarte, alejarte y desaparecer o acercarte más y exponerte.

Alguien me dijo que le gusta lo que escribo, alguien que no le puede contar a su novio que lee esta página. Alguien que ni siquiera puede poner “like” en Facebook. Es un amigo gris. Le dedico estas líneas sobre la nada misma, y me pregunto: cuanto uno deja de lado para estar feliz? Cual es la ventaja de estar con alguien, si cuando lo abrazamos vamos a mirar por sobre su hombro (y todo el mundo sabe que lo mejor del mundo es abrazar con los ojos cerrados y un pie en el aire, porque eso es el verdadero amor, el verdadero amor que solo vimos en películas). Esas cosas que uno deja y no quiere dejar, y en definitiva, vuelve a retomar furtivamente, son cosas que se vuelven grises en nuestra vida. Quizás yo mismo soy gris ahora porque estoy en el pasado de alguien que no me deja ir. La ciudad es gris, el tiempo es gris (no me refiero solo al clima).Todo es gris.

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